El sabado pijineando en Manatees con la mara, después de un intento fallido de ver el show en el "Fogoncito", debido a la total inutilidad de esa gente, su completa falta de simpatía y la incapacidad del mesero estúpido para conseguir una silla. Última vez que voy a ese lugar donde la comida no vale lo que cuesta y son totalmente y te tratan como si te estuvieran haciendo un favor al dejarte gastar tu dinero en ese lugar. Un ejemplo más de lo que pasa cuando un lugar se vuelve el bebedero de moda.
Pero la pasamos bien en Manatees.
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